El helado salado, que se sirve en un plato gourmet, es otro de los desafíos. Los argentinos irán con uno de remolacha y roquefort, acompañado de varias presentaciones con champignones y huevos de codorniz, entre otros alimentos. Además, deben ofrecer snacks (bombones helados a base de distintos tipos de chocolate con un peso estricto de 50 gramos cada uno) y una torta helada (que va a tener forma de fuelle de bandoneón). Y lo más difícil de todo: las esculturas. Tienen que tallar una en hielo y otra en caramelo.
“Argentina siempre tuvo una muy buena actuación con todo lo que tiene que ver con los sabores, los gustos nuevos, pero no le ha ido tan bien en estas pruebas de escultura porque no estamos acostumbrados y hemos ido aprendiendo con el tiempo. Fuimos mejorando año a año y hay una gran expectativa de buenos resultados, pero preferimos ir con un perfil bajo y sorprendernos a que sea al revés”, afirma, cabulero, Famá.
Para impactar con las esculturas, recurrirán, justamente, al 2x4. “La de hielo es un bandoneonista con su pie apoyado en el banquillo, tocando el bandoneón; y la de caramelo, un bandoneón parado que simula a una pareja bailando y termina con las caras del hombre y la mujer arriba, tomados de la mano”, describe Maccarrone.
Llevan 14 meses preparándose: viajaron con 10 valijas con insumos, y en Italia se instalaron en la heladería de un colega romano para seguir entrenando y preparando todo. Todo lo que se pueda: porque hay dos pruebas con mistery box, la caja misteriosa como acá vimos usar en el reality MasterChef. Con una de las cajas, deberán crear en el momento un helado de frutas. Y con la otra, les puede tocar cualquier cosa. “Un café, un licor”, dice el capitán. Ahí es creatividad pura, y los argentinos la tienen para el helado: no por nada una heladería porteña fue recientemente elegida como una de las 10 mejores del mundo por National Geographic.
“Una vez un italiano me dijo una frase que me asombró: que el helado argentino es un helado de pueblo. Se refería a que mantenemos las raíces artesanales, y en Italia eso lo mantienen sólo los pueblos chicos porque las ciudades grandes se industrializaron bastante”, sostiene Famá. Con ese sabor artesanal y la tradición de nuestra danza insignia esperan conquistar a los jurados y subirse, por primera vez, al podio.